Medio siglo después del arribo de Cristóbal Colón a tierras americanas, llegaron los primeros conquistadores al territorio del noroeste argentino.
Se calcula que las poblaciones que habitaban las región representaban entre 330.000 y 430.000 personas. Como acuario en gran parte de América, la población fue diezmada.
En el momento de las primeras incursiones de los españoles sobre el territorio del noroeste argentino en el siglo XVI, el espacio estaba habitado por múltiples etnias, un verdadero mosaico de culturas. De todos modos en las poblaciones de la región no se manifestaban distinciones tan pronunciadas como las civilizaciones americanas que habían adquirido un significativo nivel de desarrollo con la existencia de estados e insipientes formas de explotación a las tribu vecinas.
Ana Maria Lorandi señala que los caciques del Tucumán habían disfrutado de un poder mas debil, aun que no por eso carecían de legitima autoridad. Esta forma mas laxa de organización social, en la que se manifestaba una considerable fragmentacion del poder, genero al invasor español mayor dificultad a la hora de dominar a los indígenas.
Ana Maria Lorandi señala que los caciques del Tucumán habían disfrutado de un poder mas debil, aun que no por eso carecían de legitima autoridad. Esta forma mas laxa de organización social, en la que se manifestaba una considerable fragmentacion del poder, genero al invasor español mayor dificultad a la hora de dominar a los indígenas.
Previamente a la conquista española, la zona del noroeste constituyo el área cultural mas importante del territorio argentino. Había recibido influencias de las culturas Andinas. Algunas poblaciones a habían adquirido un desarrollo basado en una economía agrícola intensiva con grandes variedades de vegetales, en la ganadería y en una metalurgia avanzada del bronce.
Entre los años 1300 y 1400, las poblaciones del noroeste actual del territorio argentino habían resistido a los intentos de penetración de los Incas. Sin embargo en el año 1480 aproximadamente, estos lograron conquistar una parte significativa de la región, otorgándole a esta área en lo lenguistico una unidad mayor que la que tenia en sus orígenes.
La resistencia a la dominación Incaica sera luego "...un rasgo que se re actualizara, con intermitentes y breves periodos de calma, en la guerra que durante 130 años sostendrá contra el colonizador español...".
Cuando los españoles ingresaron al Tucumán se encontraron con distintos pueblos. De modo general, se puede distinguir 3 grupos Étnicos; Los Diaguitas, Los Tonocotes, Los Lules. Las dos primeras eran poblaciones sedentarias mientras que los últimos eran nomades. La región que comprende al actual departamento de Monteros estaba habitada por Los Lules y también por los Tonocotes. Los Lules se encontraban dispersos desde Jujuy hasta Santiago del Estero, con antecedentes claros de su formación en el siglo IV de nuestra era, aun que quizás habían comenzado su desarrollo con anterioridad. Las crónicas los mencionaban como cazadores y recolectores y a demás se los a caracterizado como un pueblo guerrero. En cuanto su aspecto físico se los a destacado alto y delgados, vestidos con plumas y a veces se encontraban desnudos.
Muy a menudo los Lules han sidos confundidos con los Tonocotes, con quienes se mezclaron después de invadirlos, por eso a la llegada de los españoles el uso de ambos idiomas por el mismo pueblo debió haber sido frecuente. En relación al idioma, Manuel Lizondo Borda, utilizando información de diversos cronistas, concluye que los antiguos Lules por su pertenencia a tribus diferentes y por sus indistintas invasiones a otros pueblos debieron hablar varias lenguas, entre ellas el Diaguita y el Tonocoté. Por otra parte, los cronistas describen a los Tonocotes como "... altos de cuerpo y bien dispuestos, que parecen medio gigantes y traen los arcos mas altos que ellos un palmo...".
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